lunes, junio 26, 2006

Socramonte

El viernes pasado en Caja Granada Centro Cultural dí lectura de ciertos poemas míos y hablé sobre el folclore y diversidad cultural de México que se refleja sobretodo a través de los grupos étnicos y sus lenguas, las fiestas y la artesanía, la comida y las bebidas, los bailes y la música. Al finalizar decidí leer un poema como una suerte de agradecimiento a Granada y a su gente tras el buen recibimiento y las gratas experiencias durante toda mi estancia. El final se acerca.

De barrio en barrio
cuevas de madrugada,
rostros de almunia y
labios de talante nómada.

De empedrada al viento,
entre tragos y piel de luna,
se detiene el amado, clama:
¡Tacto de nube y lluvia!.

Del sol de media noche o tal vez
del azul profundo,
un breve respiro de tiempo
un sueño gitano predicho.

Ese mismo día Christelle, Pauline y yo salimos el viernes por la noche hacia las costas de Almería. Nos fuimos por la autovía, un tío alemán -supongo- nos rebasa a pesar de ir nosotros a 150 km/h cuando el límite marcado era 120. Christelle conduce con toda la tranquilidad y seguridad del mundo. Ella me asegura que en Francia los autos corren a esa velocidad regularmente. Lo que ignora son los puntos que le faltan para que le retiren su permiso de conducir. Debíamos alcanzar a Juan Antonio, Eva y Donovan -amigo californiano- en el marco de la festividad de San Juan, que se celebra en la playa a media noche con los amigos o la familia a lado de una grande fogata, una barbacoa y algunos galones de cerveza o vino. El rito consiste en que las personas se deben meter al mar para purificar su alma y dar siete brincos sobre las fogatas para que se logren concretar sus deseos. Llegamos pasados la media noche, Christelle sacó la cachimba, celebramos y nos amanecimos en la playa.
Al día siguiente nos dirigimos a Cabo de Gata entre algo de hambre y cansancio. Al llegar, algunos comimos aguja, otros calamar y otros más decidieron comer en otro lugar. Permanecimos toda la tarde y tras no conseguir piso, albergue o lugar donde dormir, nos fuimos hacia Mojácar -pueblo andaluz montado sobre un monte peñascoso-.
He de enfatizar los gratos y sorprendentes momentos entre canciones, dichos, anécdotas y fuertes discusiones. Sin duda valiosos momentos entre palabras y formas de ser andaluces. Deseo realizar una mención aparte de nuestro buen amigo Paco, miembro del Partido Comunista, quien nos acompañó con célebres canciones populares y revolucionarias, así como relatos de la España aguerrida y republicana.

6 Comments:

Blogger Michi said...

Simpatico viaje si señor...

11:17 a.m.  
Blogger Luis Amézaga said...

Que la purificación del fuego te sirva para que los viajes sean livianos.

4:33 p.m.  
Blogger Silencio said...

Me gusta la descripción, esos viajes en bola, no grupo, en bola, las paradas a estirar las piernas, el agua que se termina, el atardecer y el amanecer, que decir de la música que un día se escuchará y se regresará uno al camino.

Saludos y bueno aqui se le verá.

9:52 p.m.  
Blogger Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) said...

Bellos versos a Granada.

Gracis por venir a mi blog.

Que Andalucía te acompañe siempre por sus caminos y sierras, entre sus gentes, atisbando sus mares y sus montañas. Atisbando el horizonte.

Un abrazo amigo.

5:00 p.m.  
Blogger Lety Ricardez said...

Ese bagaje de recuerdos va a seguir regalandote y regalandonos poemas, gracias amigo

Un saludo desde Oaxaca, espero que aunque sea de pasadita, en tu narrativa, recordaras mi tierra

9:43 p.m.  
Blogger citoyen said...

Michi: Así fue señor.

Luis: Que así sea de aquí pa' delante mi buen.

Silencio: Efectivamente. Siempre los viajes en bola nos regalan de todo un poco. Lo veremos por allá.

Anatema: Seguro que Andalucía me acompañará para toda la vida. Un abrazo. Estaremos visitándolo frecuentemente.

Lety: Faltaba más. Tengo buenos recuerdos de aquellos lugares cuando aún era un puberto. Tuve la fortuna de realizar algún recorrido por la costa y la sierra. Por cierto, los paisajes y la gente me dejaron maravillados. Aunque le confieso que desearía conocer a los muxes -¿así se escribe?-. Un saludo

5:38 p.m.  

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